Buscar este blog

domingo, 30 de enero de 2011

Ecosesienteunpocoasesinahoy

Y es que esto de cargarse a los personajes es algo raro. Quizás soy yo, pero estos bichitos terminan siendo como mis hijos. Y sí, la trama dicta que uno de ellos tiene que morir. Y sí, ahí estoy yo para darle su final trágico. Pero me averguenza decir que incluso yo hoy, mientras escribía la mencionada escena y sonaba de fondo Jueves de La Oreja de Van Gogh estaba  llorando como una magdalena. Ay Sofía. Ay tonta, tonta Sofía. ¿Quién me decía a mí que te iba a terminar cogiendo cariño y todo?

Insisto, es raro. Sumamente raro. He matado (?) muchos personajes antes, pero nunca a ninguno de una novela larga. Y me estoy dando cuenta que no es tan agradable (?) como lo era con las cortas. Si resultará que tengo sentimientos y todo.

En fin~

Eco.

sábado, 29 de enero de 2011

El monstruito de Eco sigue creciendo.

El monstruito se hace grande con cada día que pasa. Cada vez es más real, es como si saliera poco a poco de un mundo inhóspito y entrara en el verdadero, ese que tú y yo vemos. Tiene nombre y personajes. Tiene lugares, escenarios que he ido a visitar yo misma para ambientarme en ellos y poder escribir con más propiedad. No sé a donde me llevará esto. Espero que lejos. Aunque no sé. Es una completa incógnita, aunque tengo una corazonada con todo este tema: esto, o caerá en picado y será el mayor fracaso de la historia, o será una bomba. He dicho.

(Aunque poco importa lo que yo diga. El tiempo siempre tiene la última palabra).

Eco.

viernes, 28 de enero de 2011

OhmiraunaEcoallíalolejos

Lluvia afuera, hace calor dentro. Demasiado calor. Hay un espejo al fondo de la pared y un viejo ordenador sobre el escritorio. Y las teclas al ser pulsadas una tras otra (Clic, clic, clic). Como una nana mecánica. Un pie repiquetea contra el suelo, impaciente, inalterable. El trabajo se acumula en la mesita de noche y yo sigo aquí intentando escribir una presentación en condiciones. Absurdo. Patético. Dimito.

Damas y caballeros, un gusto conocerles a todos a través de este teclado. Dejen sus abrigos en el perchero del recibidor y pónganse cómodos en los sofás del salón. La función está a punto de empezar.

(Clic, clic, clic)

Eco.